La suavidad con la que habló Silver mientras dejaba un vaso de agua en la mesa, mantuvo a Yoseph envuelto en una extraña calma.
—Te desmayaste y te traje a casa— dijo Silver.
Yoseph la miró confuso. —Yo te llevé— susurró ella.
—Pero... ¿cómo? Si el edificio estaba a tres cuadras. ¡Nadie corre tan rápido conmigo encima!... Exclamó Yoseph con el seño fruncido, y aún desconfiando.
Mientras, al otro lado de la habitación, Starlight se quitaba lentamente uno de sus guantes. Su mano brillaba con una luz pulsante.
—Lo sabemos, Yoseph. Lo supimos siempre— Yoseph la miró atónito. La mano de Starlight brillaba intensamente, proyectando hermosos destellos en la habitación.
—Mis manos curan. Por eso siempre las cubro. Mi don es sanar—.
Justo cuando ella terminaba de hablar Leo se quitó las gafas. Sus ojos brillaban con una luz fosforescente, como las estrellas: —Mis ojos ven más allá de las mentiras, Yoseph. Pueden ver lo que realmente hay debajo de las apariencias. Más allá de lo que ve el Sistema o los rebeldes. Por eso te conocimos. Por eso te amamos—.
Como quien desea completar la frase, Silver con una sonrisa, se desabrochó el abrigo. Dos alas de un blanco iridiscente se desplegaron con suavidad, rozando el techo. —Sí, así fue como te traje tan rápido. Y de los que he salvado, eres el único que sabe que lo hice yo. Juntos usamos nuestros dones para ayudar a otros. Siempre los hemos usado, pero en las sombras. En contra de este mundo que teme lo diferente—.
—Y no, no somos parte del experimento del sistema, tampoco tú— añadió Starlight, mientras ponía su brillante mano sobre el hombro de su amigo. Las lágrimas rodaron por las mejillas de Yoseph. No eran de tristeza, sino de un alivio abrumador.
—Pensé... pensé que no tenía un don— susurró Yoseph.
Leo sonrió, y le dijo: —Tu cerebro cibernético, tu capacidad para ver las cosas de una forma diferente, el entregarte por amor a los demás, aún cuando dudas de ti mismo, son dones. No para escapar del mundo, sino para entenderlo de una forma que nadie más puede. Tú puedes analizar conexiones sobrenaturales, solo...solo necesitas verlo más allá de estas paredes y de tus relojes. Debes usar lo que eres donde te necesiten—.